El juego consiste en emparejar dos cartas compatibles entre sí. Se formarán dos montones. Cada jugador robará una carta del mazo de su mismo sexo y la colocará boca arriba junto a la de su pareja.
Deberán comprobar si son compatibles contrastando el color y el número de rombo situados en la parte inferior de la carta.
Si no lo son, y su imaginación no les permite llevar a cabo la postura, se robará otra carta, y así sucesivamente, hasta que lo sean.
Una vez tengan dos cartas compatibles, se practicará el sexo en la postura que estas indiquen durante un minuto; cronometrándolo con el reloj de arena.
Acabado el tiempo, se robarán dos cartas más y se continuará jugando.
El juego terminará cuando uno de los dos jugadores tenga un orgasmo (se admiten orgasmos simultáneos).